Sociolingüística Belerándica
Pretendo con este artículo aportar un nuevo enfoque a la discusión
crítica interna del mundo de J. R. R. Tolkien. "Discusión crítica",
porque mi objetivo es un análisis de datos concretos que nos permita llegar
a conclusiones más allá de los propios datos. "Interna", porque
lo hago "desde dentro" de la obra de Tolkien, aceptando, por utilizar
una expresión conocida, "sus reglas del juego", y asumiendo que
la coherencia de sus numerosos escritos[1]
y su perspectiva de maestro filólogo me permitirán aplicar a su obra las
leyes de la lingüística tal y como las conocemos. Y por último, "nuevo
enfoque" porque considero que la sociolingüística no ha sido uno de
los puntos de vista más utilizados para analizar el mundo de Arda, a pesar
de que determinados artículos del propio Tolkien concernían claramente a
esta ciencia (en especial "Quendi and Eldar", en The War of the Jewels, HTM #11[2]).
Puede
definirse la sociolingüística como la ciencia que se ocupa de los lenguajes
en relación con los pueblos que los hablan. Todo cambio lingüístico, y en
especial los derivados del contacto de lenguas, ofrece información sobre
las situaciones sociales que lo han propiciado. Cuando los únicos datos
de que disponemos sobre determinada época, a excepción de algunas narraciones
épicas o poesías, son de tipo lingüístico (y esto nos ocurre en una gran
medida con respecto a los elfos), debemos intentar valernos de ellos para
extraer conclusiones de tipo sociológico.
Sin embargo, he querido aprovechar este artículo para comunicar reflexiones
que no se corresponden estrictamente con su título; toco algún asunto de
lingüística, un poco de crítica textual, y algo de sociología; y si esto
hace ya inexacto el título, tal inexactitud se acrecienta al observar que
el trabajo abarca un espacio geográgico mayor que la propia Beleriand, pues
se discuten en él asuntos ocurridos en otras partes de Endor, así como en
las Tierras Bendecidas. Por último, me he ceñido en exclusiva a las Edades
de los Árboles y la Primera Edad del Sol; es posible que continúe en otro
artículo estas divagaciones. Paso, pues, al estudio.
1- Revisión del mito de Cuiviénen
Para ilustrar las ideas de los elfos sobre su propio origen, Tolkien
nos presenta el mito de la laguna de Cuiviénen[3]
(literalmente "agua del despertar"). En él se narra como Imin,
Tata y Enel despiertan a la vida; de sus nombres se crearán luego los numerales
"uno", "dos" y "tres" (en quenya "min",
"atta" y "nel"). Sacaron del sueño a sus esposas y vivieron
juntos un tiempo "inventando palabras". Mientras paseaban fueron
encontrando grupos de elfos aún dormidos a los que despertaban e iban convirtiendo
en sus seguidores. Imin escogió a los doce primeros que encontraron; Tata
a los siguientes dieciocho y Enel a los siguientes veinticuatro. Imin, contrariado
por ser el que menos compañeros tenía pese a ser el mayor, decide escoger
el último la siguiente vez. Encuentran así a treinta y seis, que serán escogidos
por Tata; y posteriormente a cuarenta y ocho, que pasarán a formar parte
del grupo de Enel; y no encontrarán a nadie más, con lo que el grupo de
Imin se convierte en el menos numeroso.
Es obvio, y así lo advierte el mismo Tolkien, que "La leyenda
del despertar de los Quendi" es un "cuento de hadas o para niños,
mezclado con el conocimiento tradicional de las cantidades", y aclara
aún "en estilo e ideas". No pretende ser una crónica fehaciente
de hechos históricos, sino una forma poética de cantar su origen y de explicar
las diferencias entre los tres clanes. Sin embargo, parece que pueden extraerse
de ella algunas conclusiones que nos ilustren la relación entre los elfos
de este periodo primitivo.
Los tres primeros elfos nacen independientemente, aunque con una
pequeña diferencia temporal, que tendrá gran importancia; no sólo porque
vale a Imin el derecho de "elegir primero", sino porque los clanes
pasarán a llamarse a raíz de ese hecho "Minyar", "Tatyar"
y "Nelyar" ("primeros", "segundos" y "terceros").
Desde el primer momento se marca la jerarquización entre estos grupos, que
será aún más patente en adelante; los primeros, que serán llamados Vanyar,
tendrán clara su superioridad con respecto al resto; y los segundos, posteriormente
Noldor, verán a los Teleri como inferiores. Sin embargo, la posición de
Imin parece que es simplemente la de un "primum inter pares";
no tiene poder sobre sus dos hermanos, que han nacido independientemente,
pese a que ser el mayor sí le da cierta ascendencia. Será más patente el
poder de estos tres sobre los elfos a los que despertarán, que son llamados
en un principio "seguidores", prefigurando ya la socialización
jerárquica de la sociedad élfica.
La formación de estos grupos es netamente ahistórica; "escojo
a estos como mis compañeros" no puede tomarse como una descripción
real de lo sucedido. Es más lógico suponer que de la convivencia alrededor
de Cuiviénen (pasaron 330 años solares hasta que fueron encontrados por
Oromë[4])
los elfos se fueron agrupando de una manera natural, siguiendo sus inclinaciones
personales. De hecho, es muy posible que Imin, Tata y Enel sólo sean "construcciones
míticas" o literarias, y no elfos reales. De lo contrario, sería muy
difícil explicar por qué no aparecen en ninguna de las narraciones históricas
del tiempo de la separación y la marcha: si desde el nacimiento hubieran
sido los líderes naturales de los Clanes sería lógico suponer que merecerían
un lugar preferente incluso en Valinor, mientras que se sabe que los soberanos
de los pueblos élficos fueron Ingwe, Fingwe y Elwe (que comenzaron siendo
sólo "embajadores ante los Valar"[5]),
sin que se tenga noticia de lucha alguna por el poder.
No se sabe quién compuso esta leyenda, pero puede inferirse que fue
algún sabio noldo, por varias razones; por una parte, se sabe que fueron
quienes más se interesaron por la investigación histórica[6];
y por otra, puede descartarse una autoría vanya (Imin no queda precisamente
bien en este mito; aparece como una persona codiciosa, y que por tal avaricia
su grupo será el de menor tamaño) y quizás también teleri, por las referencias
a que los últimos elfos en despertar, cuando fueron encontrados por sus
compañeros "no habían inventado el habla, aunque cantaban dulcemente",
lo que parece ser una forma simbólica de expresar el amor de este clan a
las canciones, y por ello es muy posible que sea una visión desde fuera
de su propio grupo.
2- La formación de los clanes
Los 330 años solares que pasaron en Cuiviénen bastaron a los elfos
para diferenciarse en lo que después serían los Tres Grandes Clanes. Se
sabe que convivieron 280 años solares en paz hasta ser encontrados por los
espías de Morgoth, y que 50 años después trabaron contacto con Oromë. En
este momento, los clanes ya estaban plenamente formados, de modo que cada
uno de ellos, tras la Batalla de los Poderes, mandó a un embajador a Valinor.
Es difícil conjugar esto con la idea de que "los ciento cuarenta y
cuatro Quendi vivieron largo tiempo junto al lago, hasta que al fin todos
se pusieron de acuerdo y hablaron, y se sintieron complacidos"[7];
¿cómo pudieron formarse unas identidades tan diferenciadas en tan poco tiempo
(para la medida élfica) si la convivencia entre todos ellos era tan estrecha?
Es necesario postular que los clanes vivieron
separados durante estos años, aunque tuvieran contacto entre ellos; pese
a la falta de datos que avalen esta hipótesis, hay indicios que, a mi entender,
lo hacen casi necesario. Por una parte, se dice que cuando los exiliados
noldor se encontraron con elfos Avari, éstos afirmaron recordar su pertenencia
a la segunda división de los elfos (esto es, al clan Tatyar). Está también
recogido que la discusión previa a la Separación (entre la primera visita
de Oromë y la Marcha mediaron casi 200 años solares) causó profundas heridas
entre los elfos de cada clan que escogieron opciones distintas, lo que implica
evidentemente que la unión anterior tenía que ser también estrecha; esto
se dice explícitamente de los Nelyar. Pero hay un argumento lingüístico
que apoya esta tesis.
Los Maestros de Tradición, en una lista de palabras
Avari, dan la voz "penni" como equivalente del quenya "quendi".
En ella se ha dado el cambio QU > P, que aparece en distintas palabras
como representativo del Tercer Clan[8];
así, "pet-" equivalente a "quet-" (raíz del verbo "hablar"),
"panta" relacionado con "qua(n)t-" ("llenar"),
y varias más. El hecho de que esta palabra aparezca en un dialecto Avari
parece ser una prueba de que el cambio ya se había producido antes de la
separación, o en todo caso, si se admite la posibilidad de que se trate
de un préstamo de los elfos del Valle del Anduin, en los primeros momentos
de la marcha. Dado que para la formación de dialectos es necesario que exista
una separación entre las comunidades, sea ésta de índole geográfica o social,
parece necesario admitirla para al menos el Tercer Clan antes de la Separación.
Pero observemos esto más en detalle.
Es muy poco lo que sabemos con certeza del vanyarin.
Sus diferencias con la lengua de los noldor son muy escasas: tenían los
sonidos "th" (que dio "s" en noldorin exílico: athar
> asar "festival"), "z" (que se convirtió en "r";
Auzeldi > Aureldi), o el cluster "ndy" (que se simplificó en
"ny" ya en noldorin de Aman; quendya > quenya). Como se ve,
la diferencia entre ambos dialectos es simple: el noldorin fue algo más
innovador (esto se afirma explícitamente: "(los Noldor) hablaban un
lenguaje que no paraba de cambiar, porque sentían un gran amor por las palabras
y siempre querían encontrar nombres más precisos para las cosas que conocían
o imaginaban"[9]) y el vanyarin más
arcaico.
Todo esto significa que no puede hablarse con
propiedad de dialectos distintos para noldor y vanyar antes de la llegada
a Aman. Lo mismo afirma Pengolod: "las diferencias entre ellos (dialectos
vanyarin y noldorin) no aparecieron hasta después (de la Marcha), y antes
del Exilio eran insignificantes". Puede pensarse, pues, que la relación
entre estos dos clanes fue muy estrecha, al modo en que lo fue durante largo
tiempo en Aman, hasta que los vanyar decidieron trasladarse a Taniquetil
("En Tirion, sobre Túna, los vanyar y los noldor vivieron largo tiempo
como amigos (...). Con el paso de las edades, los vanyar (...) abandonaron
la ciudad de Tirion, sobre Túna, y habitaron en adelante en la montaña de
Manwë (...) y se separaron de los noldor"[10]).
Quizás el alejamiento del clan Teleri comenzara
siendo geográfico; se dice ya en "Cuivienyarna" que "antes
de la Separación nunca se alejaron mucho del lago y la cascada de Cuiviénen",
lo que significa que desde el principio pudieron morar distanciados del
resto, lo que habría favorecido la formación de una variedad lingüística
peculiar en su seno. Posteriormente, es muy conocido que noldor y vanyar
caminaron juntos durante la gran marcha, mientras que el Tercer Clan se
retrasaba constantemente; de ahí proviene su apelativo de Teleri = "rezagados".
Hubiera o no grandes diferencias entre sus lenguajes durante los 500 años
solares que permanecieron en Cuiviénen, está claro que se formaron durante
los 250 años que duró la Marcha y, sobre todo, durante la larga Edad que
permanecieron en Tol Eressëa (100 años valianos; prácticamente mil años
solares), pues llegó a ser considerado un idioma propio (Lindalambë) y no
un dialecto del quenya.
Así que el cuadro que se pinta en la laguna de
Cuiviénen es éste: tres clanes diferenciados; mucha relación entre el primero
y el segundo, que hizo que se mantuviera una lengua común, y alejamiento
incluso geográfico del tercero, que dio lugar al germen de una variedad
peculiar. Posteriormente se mantiene la relación entre los primeros y se
acentúa la separación del tercero; las diferencias entre el primero y el
segundo surgen más tarde, y nunca llegan a ser demasiado importantes.
3- Las lenguas de los Valar
Los Valar no precisaban de ninguna lengua en tanto
espíritus elevados que podían comunicarse con telepatía (también algunos
Altos Elfos tenían determinadas cualidades relacionadas con la transmisión
directa de pensamientos, aunque a un nivel, obviamente, muy inferior). Sin
embargo crean el valarin, según sostiene Pengolod, como una característica
esencial de la incarnación, nacida de la relación entre el fëa y el hröa
(espíritu y cuerpo); y también para entender mejor a los hijos de Eru que
están por llegar.
La relación entre ambos idiomas, por ser el primer
caso de contacto de lenguas que se da en la Historia, es de especial interés.
En un principio podría pensarse en que surgiría una situación de diglosia,
que es aquella en la que conviven una lengua prestigiosa y otra sin prestigio,
y que produce inevitablemente, con el tiempo, el cambio de la primera por
la segunda lengua. Pero esto no ocurrió, por varias razones. Por una parte,
si bien es cierto que la lengua de los Valar era símbolo de una autoridad
superior (se utilizaba en los grandes Concilios, por ejemplo), los elfos
sentían otra clase de prestigio que les llevaba a mantener su propio idioma:
era un signo de identidad y de orgullo como pueblo; consideraban que era
mucho más bella y eufónica que el valarin, del cual Pengolodh llega a decir
que "no era agradable"; ésta no era sencilla de aprender, y además
no les resultaba útil excepto para satisfacer determinada inquietud lingüística:
los Valar podían hablar quenya sin ningún problema, y así lo hacían. De
hecho, este prestigio parece que llevó incluso a los propios Ainur a utilizar
el quenya para su uso personal en determinadas circunstancias, por lo que
las posibilidades de los elfos de escuchar Valarin eran muy reducidas. Todo
esto hizo que el quenya se mantuviera como lengua común, aunque enriquecida
con algunas aportaciones del valarin, por la vía de adaptaciones o traducciones
literales, y mucho más frecuentes en el caso de los vanyar, seguramente
desde que se trasladaron a Valinor.
Pero no fue el quenya la única vía de penetración
de formas valarin a la Tierra Media. En la página web Ardalambion de Helge
K. Fauskanger (http://www.uib.no/People/hnohf) se citan dos casos curiosos.
El primero es la forma adunaica "inzil" ("flor"), que
aparece en "Inzilbeth", y que deriva del valarin "inidil",
"lirio". Es posible que se introdujera en la lengua humana por
la gran relación que hubo entre las Tierras Bendecidas y Númenor; se apunta
también la posibilidad de que fuera una forma del Khuzdul, dado que la lengua
de los enanos era de origen Auliano, y por tanto pudo haber tenido una gran
influencia en su origen del Valarin. Esto es bastante improbable, puesto
que no sabemos de formas khuzdul atestadas que se reconozcan como derivados
de la lengua de los Valar, y se sabe que el idioma de los enanos sufrió
muy pocos cambios desde su nacimiento; hay que suponer que Aulë lo creó
ex nihilo, sin tomar su propia lambë como ejemplo.
El segundo caso es bastante más claro, y lo debemos
a Anthony Appleyard, uno de los más importantes estudiosos de lenguas tolkianas
en la actualidad. El nombre del "Anillo del Juicio" (lugar de
los Concilios de los Valar) en quenya es "Máhalnaxar"; y se sabe
que esta palabra proviene del valarin "Mâchananaskad", en la que
se reconoce al menos un elemento "Mâchan-" referido al poder (como
en "Mâchanumaz", "los Poderes", un título de los Aratar
o Valar principales). Así queda aislada una forma de bastante interés: "anillo",
"naskad" o "anaskad", que está obviamente emparentada
con otro "anillo" mucho más conocido: el del poema en Lengua Negra
que estaba inscrito en el Único; "nazg". Una coincidencia así
no puede ser casual; hay que pensar, más bien, en que Sauron no se tomó
la molestia de crear una lengua totalmente distinta para el uso de sus súbditos,
sino que modificó la lengua que compartía con el resto de los Ainur de acuerdo
a su gusto, además de tomar formas de otras lenguas (como el propio "uruk").
Hay otro elemento, no citado en Ardalambion, que
podría ser adaptación del valarin. De la frase "agh burzum-ishi krimpatul",
"y atarlos en las tinieblas", de la inscripción del Anillo, puede
separarse la forma "burzum" con el significado de "tiniebla";
sabemos que "burz-" hace referencia a la oscuridad por Lugbúrz,
"la Torre Oscura". En Ardalambion se da al sufijo "-um"
la significación de abstracción, dando así "burzum" "oscuridad".
Mi interpretación es que "-um" es un simple pluralizador; así,
"burzum" no sería tanto "oscuridad" como "tinieblas"
(y, de hecho, la traducción castellana sería en este caso algo más fiel
que la inglesa al original). Esto nos permitiría unirlo al infijo -um-,
también con significado de plural, que aparece en formas valarin como "Machânumaz",
del que se sabe el singular "Machânaz".
4- El Sindarin y sus dialectos
Es sabido que durante la Marcha de los elfos hacia el Mar, la renuencia
de los Teleri a dejar la Tierra Media hizo que varios grupos de esta rama
abandonaran el trayecto y se establecieran por su cuenta, los que luego
serían llamados silvanos a lo largo del Anduin y en las estribaciones de
las Montañas Nubladas (de los que un grupo pasaría posteriormente a Ossiriand,
que llamarían Lindon), los que fueron persuadidos por Ossë en el último
momento para quedarse en las costas, llamados los Elfos de las Falas, y
por último el pueblo de Elwë, del que la parte más importante vivió en Doriath
tras el cerco, pese a que muchos se trasladaran a la zona norte, alrededor
del lago Mithrim[11].
Dejando aparte a los pueblos de origen silvano, parece claro que
los lenguajes de los elfos establecidos en Beleriand tuvieron una evolución
similar, dando así lugar al Sindarin o élfico gris, y que formaban una unidad
política común, personificada en Elwë Singollo, llamado posteriormente Thingol,
y Melian, la reina. Sin embargo, la situación permite establecer una serie
de matices, que es preciso aclarar partiendo del primer momento.
Las lenguas élficas de Beleriand provienen en su totalidad del Telerin,
que, como ha quedado dicho, comenzó a diferenciarse del noldorin y vanyarin
antes de la Separación, o en los primeros años de la Marcha. Sin embargo,
esta rama permaneció ajena a la etapa de aislamiento que sufrió el Telerin
de Aman: los casi 1000 años solares que permanecieron en Tol Eressëa. Esto
devino en una separación de modelos lingüísticos; mientras el telerin amanya
mantuvo muchos de los esquemas linguísticos del élfico común, el sindarin
tomó determinadas opciones muy innovadoras; esto hace que sean considerados
como dos lenguajes independientes.
En el momento en que Feänor, tras su Exilio, puso el pie en Losgar,
habían transcurrido tres mil quinientos años solares. Es obvio que no puede
valorarse la evolución de los lenguajes élficos con los parámetros habituales;
uno de los motores principales de la modificación de las lenguas humanas
es el cambio generacional y las consecuencias que implica, y este factor
tiene muy poca importancia tratándose de elfos; eran hablantes de sindarin
algunos que habían conocido Cuiviénen, como Thingol o Cirdan. Por ello,
tras un espacio de tiempo similar al que ha separado, en nuestros días,
el gaélico y el castellano, las lenguas de Noldor y Sindar no habían borrado
los rastros de su origen común, aunque sí se habían alejado en aspectos
importantes. Se afirma que las lenguas de Aman habían permanecido muy estables
por el influjo de las Tierras Bendecidas, mientras que del élfico gris se
dice que "en el largo crepúsculo la lengua había cambiado junto con
los cambios de las tierras mortales"[12].
Se tiene constancia de distintas variedades dentro del sindarin;
concretamente se habla de tres: el dialecto norteño de Mithrim, el occidental
de las Falas, y el Doriathrin, o propio de la Tierra del Cerco. Es difícil
saber cuál era la distancia real que existía entre ellos. Parece ser que
el Doriathrin era parcialmente arcaico; mantiene el genitivo en -a que el
sindarin perdió, no refleja el cambio vocálico en umlaut de los plurales,
y mantiene una terminación nominativa plural "-in" que seguramente
fue la original en sindarin, entre lo poco que puede decirse de la veintena
de palabras que se conservan de la lengua de Menegroth[13].
La razón principal para entender este arcaísmo del doriathrin es política;
al ser el habla de la región donde habitaban Thingol y Melian, era de facto
un "dialecto de corte", más apegado a las tradiciones y que deseaba
conservar una cierta patina de antigüedad que le permitiera contrastar con
los dialectos "populares" septentrionales. Esto queda comprobado
por referencias como la de la Narn: "y ella (Nellas) le enseñó (a Túrin)
a hablar la lengua sindarin según la manera del Reino Viejo, más antigua,
más cortés, y más rica en hermosas palabras", y "el lenguaje de
Doriath, tanto el de los Reyes como el de los súbditos, era en los días
de Túrin más antiguo que el utilizado en otros sitios"[14].
Sin embargo, sería necesario un estudio contrastivo más detallado para poder
afirmarlo con seguridad.
Las referencias de "Quendi and Eldar" al habla de Hithlum
son claras ("La lengua de los Mithrim era también un dialecto notorio"),
a pesar de que no tengamos demasiados datos que nos permitan constatar tal
realidad. Entre lo poco que conocemos de las diferencias entre sindarin
y sindarin norteño, sabemos que el nombre "Oromë" se había convertido
en "Araw" entre los elfos grises, pero su forma en el Norte era
Arum, de la misma forma que el paralelo de Hisílomë había sido Hithlum y
no, como hubiera resultado siguiendo la evolución normal en sindarin, **Hithlaw.
Esto apoya la validez de la idea de un dialecto norteño bastante separado
del de Doriath, a pesar de que "ninguno de los dialectos del Sindarin
difería lo suficiente para que la comunicación fuera imposible. Sus diferencias
no eran mayores que aquellas que habían surgido entre el Quenya que hablaban
los Vanyar y el que hablaban los Ñoldor en la época del Exilio".
Del posible dialecto de las Falas y del pueblo
de Círdan se sabe muy poco; sólo tenemos la constatación de que los Eglain
"se convirtieron en un pueblo algo separado de los Elfos interiores,
y en la época de la llegada de los Exiliados su lengua era diferente en
muchos aspectos". Pero no he conseguido encontrar ningún fenómeno lingüístico
que les distinga del sindarin estándar. Nuevamente se hace necesario un
análisis en profundidad de los pocos elementos que conocemos, comparándolos
a la evolución normal de la lengua.
Sin embargo, esto nos enfrenta a otro dilema. Se ha visto que el
Doriathrin es un dialecto arcaico del élfico gris, y que también hay diferencias
con las hablas de Hithlum y las Falas; se sabe que en Beleriand, la gente
se hizo "consciente de las crecientes diferencias del habla y otros
asuntos entre los grupos de Elfos que vivían en lugares muy alejados en
una tierra extensa y en su mayor parte sin senderos". Pero ¿hubo algo
a lo que pudiéramos llamar "sindarin unificado"? Hemos visto que
las diferencias entre estos dialectos no eran tan grandes como para impedir
la comunicación, por lo que es difícil suponer que se sintiera la necesidad
de crear una variedad global; entonces, ¿cuál es el punto de referencia
desde el que se considera "arcaico" al habla de Doriath, "un
dialecto notorio" a la de Mithrim, y "lengua muy diferente en
muchos aspectos" a la de las Falas? Y ¿a qué variedad se refiere Fauskanger
cuando afirma, en la sección "Doriathrin" de Ardalambion, que
la canción de Lúthien parece ser "sindarin puro"? En definitiva:
¿cuál es el sindarin que aparece en la mayoría de las referencias, si no
es el de Doriath, Mithril ni las Falas?
Desgraciadamente, la penuria en la que se encuentran los estudios
sobre la lengua de Beleriand hace que la mayor parte de las aportaciones
de este apartado sean más bien preguntas que respuestas; pero puede esperarse
que esta situación se vaya superando con la publicación de los materiales
aún inéditos y los trabajos críticos que posibilitarán.
Por último en este punto quiero apuntar, como curiosidad, las distintas
explicaciones que se dan en diferentes textos élficos para explicar el nombre
de "sindar", que como se sabe equivale a "los (elfos) grises".
Son las siguientes: 1- Son elfos grises porque no son "Calaquendi",
elfos de la Luz, pero tampoco "Moriquendi", elfos de la Oscuridad,
pues han visto la Luz de los Árboles reflejada en la cara de Melian; 2-
Su nombre les viene del apodo de su rey, Elwe Sindacollo o Elu Thingol,
"Mantogris"; 3- El nombre fue creado por los Noldor tomando como
base la nebulosa tierra septentrional de Hithlum, donde desembarcaron y
donde conocieron a los primeros elfos grises[15];
4- Los elfos de esta tierra acostumbraban a confeccionar y vestir mantos
grises que les ayudaban a esconderse; y 5- Era muy común entre ellos la
aparición de cabellos plateados, como los que se sabe que poseían Thingol
o Círdan[16].
Es difícil decidir entre todas ellas. Sólo queda señalar que, por supuesto,
el apelativo de "sindar" era el que utilizaron los noldor para
referirse a estos pueblos; ellos no tenían un apelativo especial para distinguirse
a sí mismos como conjunto, sino que usaban los propios de cada zona en la
que residían: Iarthrim, Mithrim o Falathrim.
5- Sindarin y Quenya frente a frente
Con la llegada de los Exiliados a Beleriand comienza uno de los procesos
más apasionantes de la sociolingüística de la Tierra Media: el primer cambio
de lenguas ocurrido en una población élfica. Los noldor llegan hablando
su quenya natal y, por diferentes procesos, abandonan en la práctica totalidad
esa lengua y adoptan el sindarin de la población autóctona.
Los tres milenios y medio que habían separado a noldor y sindar habían
creado una importante barrera entre ambos idiomas, aunque se reconocía su
origen común. Se dice que los noldor "aprendieron" rápidamente
el sindarin; y que para la Tercera Edad los Exiliados Noldor "habían
adoptado el sindarin para el uso cotidiano"[17].
Era difícil predecir este cambio. Se ha dicho que los noldor tenían
en gran estima su propio lenguaje, que habían construído ellos mismos, y
que lo preferían a cualquier otro; en comparación con el sindarin, era además
una lengua de un gran prestigio, portadora de una sabiduría superior, y
hablada por gente de mayor poder espiritual y fortaleza física. No habría
extrañado que el cambio lingüístico se hubiera dado al revés, convirtiéndose
el Quenya en lengua de Beleriand.
Pero hubo poderosas razones que lo impidieron. Algunas puramente
demográficas: los elfos sindar superaban grandemente en número a los Exiliados;
además, los reinos de los príncipes noldor se sostenían sobre huestes de
elfos grises que se aliaron con ellos (se dice explícitamente que "en
muchos sitios de la tierra los noldor y los sindar se fundieron en un solo
pueblo y hablaron la misma lengua"[18]).
Otra razón fue la política: tras el edicto de Thingol, los sindar "se
apartaron" de quienes hablaban quenya, con lo que contribuyeron a la
marginación de ésta a usos privados y su transmisión sólo como lengua de
cultura.
Por otra parte, la lengua de Thingol estaba adaptada a su entorno
físico; tenía los términos más precisos para los elementos de naturaleza
que se encontraban allí, por su autoctonía en Beleriand. Por ello era mucho
más efectivo emplearla diariamente que no adaptar el quenya a la realidad
de esa zona, por la misma manera que no hubiera sido lógico traducir al
sindarin los poemas y narraciones que trataban del Reino Bendecido.
Esta conjunción de factores llevó a que el quenya sólo fuera hablado
por las familias reales en sus usos privados, y quizás como lengua de gobierno
en las conversaciones entre príncipes noldor. Sin embargo se mantuvo como
lengua de conocimiento durante toda la Primera Edad. Quizás el único sitio
donde pervivió como lenguaje vivo fue en Gondolin, que por su condición
de zona aislada y por la importante presencia de noldor entre sus murallas
pudo mantener una situación de bilingüismo, con una ligera preponderancia
del quenya por razones políticas; esto explicaría que cuando detienen a
Tuor ante sus puertas, se le advierte "primero en la Alta Lengua de
los Noldor, que no conocía; y luego en la lengua de Beleriand, aunque con
inflexiones algo extrañas, como las de un pueblo que hace mucho tiempo se
separó de sus hermanos"[19].
Así como en la lengua hablada el periodo de bilingüismo se resolvió
con la adopción del sindarin, en la onomástica pueden distinguirse dos momentos.
Al principio, cuando el quenya se mantenía como lengua viva, se produjo
un comienzo de traducción de los nombres sindarin a la Alta Lengua, como
Hisilómë por Hithlum; en el mismo tiempo se creó Vinyamar, que mantuvo su
nombre quenya. Sin embargo, pronto se dio el fenómeno contrario, y la gran
mayoría de los nombres en Alto Élfico de los Exiliados se fueron convirtiendo
al sindarin, sea manteniendo su sentido originario (como Galadriel por Altáriel,
traducción que seguramente asumió en el tiempo en que vivió junto a Melian
en Doriath) o simplemente modificando la fonética de los mismos (así tenemos
Turgon de Turucáno o Aegnor de Aicánaro, que son simples deformaciones fonéticas
para acercar los nombres a los usos lingüísticos del sindarin)[20]. Esta diferencia
tiene una posible explicación, como se verá abajo.
Algunos de los casos son curiosos. Es conocido el caso de Gondolin,
que fue fundada bajo el nombre de Ondolindë, "Canción de piedra",
y que evolucionó al sindarin "Roca escondida", por medio de la
etimología popular[21],
que debe implicar un imperfecto conocimiento del quenya entre quienes lo
adaptaron; y por otra parte, el nombre de Fëanor es una traducción incompleta
de Fëanáro, pues mantiene la forma fëa (espíritu); la forma correcta hubiera
sido Faenor.
Se da como razón del cambio en la onomástica el hecho de que los
elfos "sintieron absurdo y desagradable llamar a personas vivientes
que hablaban sindarin en la vida diaria con nombres en un modelo lingüístico
tan diferente". Sin embargo, esta explicación no sirve para aclarar
por qué cambiaron incluso los nombres de los hijos de Fëanor, que parece
que mantuvieron su antigua lengua, y menos aún el nombre del propio Fëanor,
que no llegó nunca a utilizar el sindarin. Seguramente tengamos que buscar
otra explicación. Y a este respecto me aventuro a lanzar una no aducida
aún. No se conoce quién fue el autor de los escritos que componen el Silmarillion, por los que nos han llegado
las hazañas de los noldor; es bien posible, no obstante, que hayan sido
compuestos por un monolingüe de sindarin en Tol Eressëa, tras la finalización
de la Primera Edad. Si las cosas fueron así, este compositor decidió traducir
posteriormente al sindarin aún los nombres que se habían mantenido con su
forma quenya originaria. De ahí provendría la diferencia entre los nombres
adaptados en vida de sus poseedores, como el de Galadriel, traducido correctamente,
y los nombres de personas que presumiblemente continuaron hablando quenya
hasta su muerte, como los ya citados Turgon y Aegnor, que habrían sido traducidos
por el autor del Quenta Silmarillion, desconocedor del quenya, y que por
esa razón sufrieron una adaptación defectuosa. Esta explicación contradice
a la dada en PM, pero a mi entender explica mejor
que aquella las inconsistencias de estas traducciones.
Éstas han sido las reflexiones que he querido poner por escrito con
ocasión de la Estelcon de diciembre de 1998 en Valle (Sabadell). No aspiro,
sin embargo, a que hayan sido todo lo certeras o ajustadas que hubiera deseado;
me conformo si al menos han servido para promover el debate sobre
las reglas internas del mundo de Tolkien, contribuyendo así a abrir alguno
de los caminos que aún nos quedan por recorrer y que tantos frutos nos pueden
dar para describir aspectos hoy aún desconocidos de los habitantes de Arda,
y enriqueciendo más aún si cabe la realidad que nos regaló el maestro de
Oxford.
Josu Gómez
(Eleder)
(Nota anti-copyright: el autor permite la reproducción de este escrito por cualquier medio, aunque solicita que se haga íntegramente, o que en caso de citas puntuales se mencione su autoría. Asímismo, el autor agradecerá cualquier comentario sobre este texto y las ideas en él vertidas en su dirección de correo electrónico josu@correo.nu)
[1] Es sabido que la "coherencia" de la obra de Tolkien es sólo válida para los escritos que fue corrigiendo y adaptando en el tiempo, y que las obras que se escribieron en momentos tempranos y quedaron sin retocar se alejan en gran medida de las modernas. Para intentar salvar esta dificultad he intentado ceñirme a las referencias más modernas, que no supusieran contradicción con la historia de Arda según era concebida por la época de la edición del Señor de los Anillos: el Silmarillion tal como se publicó por Christopher Tolkien, y alguno de los escritos de su última época; de todos modos reconozco la posible inconsistencia del método. Esta no será, con todo, la mayor de las posibles inconsistencias que se puedan encontrar aquí: la relativa parquedad de las fuentes que he podido consultar hacen que determinados planteamientos puedan ser incluso desfasados. Espero que al menos las ideas vertidas aquí puedan servir de algo.
[2] De hecho, la gran mayoría de las citas que utilizo se han sacado de este trabajo (allí deben encontrarse las referencias no explicitadas), y las doy sin paginación, por no estar publicadas aún en castellano; para el resto utilizo las ediciones de Minotauro: El Silmarillion, quinta reimpresión en marzo de 1987, Cuentos Inconclusos, primera edición en rústica en un sólo tomo de diciembre de 1997, y El Señor de los Anillos. Apéndices, séptima reimpresión, noviembre de 1990.
[3] "La leyenda del Despertar de los Quendi (Cuivienyarna)", apéndice a The War of the Jewels (WJ), HTM #11.
[4] Las referencias cronológicas relativas están basadas en la que Tolkien ofrece al comienzo de WJ. Utilizo "años solares" por evitar la confusión con "años de los Valar", que equivalen aproximadamente a décadas solares.
[5] El Silmarillion (S), p. 66.
[6] Como puede verse nuevamente en WJ.
[7] Cfr. S, p. 66, con el ya citado "Cuivienyarna", en WJ .
[8] Puede verse en el Apéndice lingüístico de S, p. 486, s. v. "quen-".
[9] S, p. 77.
[10] S., pp. 76 y 79.
[11] S, pp. 74-75, y "De los sindar", S, pp. 120 y ss.
[12] "Apéndice F" del SdlA, p. 155.
[13] El doriathrin está estudiado con detalle en la página "Doriathrin" de Ardalambion.
[14] Cuentos Inconclusos (CI), pp. 103 y 190.
[15] Estas tres en el "Indice de nombres" de S, p. 468, s. v. "Sindar".
[16] Estas dos en "Quendi and Eldar", WJ.
[17] S, pp. 153 y "Apéndice F" del SdlA, p. 156.
[18] S, p. 157.
[19] En "De Tuor y su llegada a Gondolin", CI, p. 63.
[20] Todo esto se describe en The Peoples of the Middle-Earth (PM),
HTM #12.
[21] S, p. 169.