También escrito: Adunaico (en
el Informe Lowdham, nuestra principal fuente relativa a esta lengua, pero
adûnaico en los apéndices de SA)
También llamado: Númenóreano
Cuando los Hombres despertaron en Hildórien al elevarse por vez primera el Sol, empezaron a idear un lenguaje, al igual que habían hecho los Elfos en Cuiviénen miles de años antes. Pero según sabemos los Hombres nunca fueron tan creativos como los Primeros Nacidos: "El deseo de hablar con palabras se despertó en nosotros, y empezamos a idear nombres. Pero éramos pocos, y el mundo grande y extraño. Aunque teníamos un gran deseo de entender, aprender era difícil, y la invención de las palabras lenta." (Morgoth's Ring, pág. 345) Si alguna vez hubo una lengua totalmente propia a los Hombres Mortales, esta ya estaba muy alterada cuando los primeros hombres llegaron a Beleriand. No le costó demasiado a Felagund interpretar la lengua de Bëor y su pueblo, pues "se cuenta que estos Hombres tenían trato desde hacía ya mucho con los Elfos Oscuros, al este de las montañas, y que de ellos habían aprendido gran parte de la lengua élfica; y como todas las lenguas de los Quendi tenían un único origen, la lengua de Bëor y de su gente se asemejaba a la élfica en muchas palabras y modos " (El Silmarillion, capítulo 17). También está bastante claro que los Hombres habían estado en contacto con los Enanos y habían tomado mucho del khuzdul, el lenguaje que Aulë hizo para sus hijos: En PM:317, Tolkien se refiere a "la teoría (bastante probable) de que en un pasado olvidado algunas de las lenguas humanas -incluyendo la lengua dominante en los Atani de la cual deriva el adûnaico- fueron influenciadas por el khuzdul". Por desgracia no tenemos suficiente material para identificar que elementos puramente humanos pueden restar en esta mezcla de enano y élfico oscuro.
En Beleriand, los Hombres rápidamente aprendieron el sindarin, "pero no olvidaron la lengua que les era propia, y de ella provino el habla común de Númenor" (El Silmarillion, capítulo 17). La Primera Edad llegó a su fin con la Guerra de la Cólera. Los Valar al fin dirigieron su tremendo poder hacia Beleriand y derrotaron a Morgoth, pero Beleriand quedó destruida y en su mayor parte hundida bajo el mar. Los Hombres recibieron una gran recompensa por sus sufrimientos en las guerras contra Morgoth. (Por cierto, ¿cómo pudieron sobrevivir a la destrucción de Beleriand? El Profesor nunca lo explicó. ¿No sospecharía Morgoth algo si sus enemigos empezaran la evacuación de todo un continente? Bueno, dejémoslo estar...) [N. del T.: No creo que Tolkien concibiese la destrucción de Beleriand como algo tan total como se da a entender. Esparcidos por todo El Silmarillion hay indicios de islas que quedaron sobre el nivel del mar. Mención aparte merece la Isla de Luthany o Ingolondë, pero ese no es el objeto de este artículo...] Los Valar levantaron una gran isla de las profundidades del océano, más cerca de Valinor que de la Tierra Media. Los Edain cruzaron el mar y llegaron a su nuevo hogar, donde liderados por Elros, hijo de Eärendil, establecieron el reino de Númenor. Duraría tres mil doscientos ochenta y siete años, hasta el terrible día en que Ar-Pharazôn violó la Prohibición de los Valar, zarpando hacia el Oeste a la conquista del Reino Bendecido.
¿Cuál fue la situación lingüística en la Tierra de la Estrella mientras esta duró? En el mapa de Númenor que aparece en Cuentos Inconclusos los nombres están dados en quenya. Pero el mismo libro nos dice que el quenya no era una lengua de habla común en Númenor. Todos los lugares tenían nombres "oficiales" en alto élfico utilizados en los documentos estatales, pero en el habla cotidiana se empleaban nombres en sindarin o adûnaico, generalmente de idéntico significado. El sindarin, élfico gris, era conocido por casi todo el pueblo -los nobles númenóreanos incluso lo usaban como idioma cotidiano. Pero la lengua vernácula hablada por el pueblo llano era y fue siempre el adûnaico, una lengua humana derivada de las de los hombres que habían luchado junto a los elfos en la guerra contra Morgoth.
En Anadûnê, tal como Númenor o Oesternesse era llamada en adûnaico, esta lengua sufrió ciertos cambios a lo largo de los tres mil años que duró el reino. Algunos sonidos desaparecieron y otros se fusionaron, de forma que ciertas consonantes se perdieron. Por otro lado, aparecieron nuevas vocales: originalmente, el adûnaico solo tenía las vocales principales a, i y u, pero posteriormente los diptongos ai y au se simplificaron quedando como vocales largas ê y ô. Junto a los cambios fonológicos, la lengua fue influenciada por un influjo de préstamos de origen élfico. Por ejemplo, el quenya lómë "noche" pasó al adûnaico como lômi; curiosamente la palabra conservó sus melosas connotaciones valinoreanas: una lômi es una hermosa noche bajo las estrellas, en que la oscuridad no se percibe como algo tenebroso. También podemos reconocer otros nombres élficos, especialmente entre los nombres de los Valar: Amân "Manwë", Avradî "Varda", Mulkhêr "Melkor". De todas formas, algunas palabras que semejan ser préstamos del quenya no son tales. Tenemos que "cielos" es menel en quenya y minal en adûnaico, pero el último es una palabra que los ancestros de los Edain adoptaron del avarin (élfico oscuro) mucho antes de que llegaran a Beleriand. Es similar a la palabra quenya a raíz de que tanto el alto élfico como el élfico oscuro son en definitiva descendientes del mismo lenguaje. De hecho hay bastantes préstamos obvios de origen élfico, tempranos o tardíos, en las palabras en adûnaico mencionadas en el Informe Lowdham:
Se podrían dar muchos más ejemplos. Esto da peso a las palabras de Faramir que no llegaron a la edición publicada de SA: "todas las hablas de los hombres de este mundo descienden del élfico". (WR:159; GA:187/PM:63. En el caso del adûnaico, debemos considerar también la gran influencia de la lengua enana además de la élfica.) Pero pese a esta considerable cantidad de ingredientes élficos, el Adûnaico seguía siendo un lenguaje humano. Aunque era la lengua del pueblo llano, nos da la impresión de que no era tenido en tanta estima como las lenguas élficas. Podemos comparar la situación con la de la Europa medieval: las lenguas vulgares eran consideradas inferiores a la arribalengua latina, sin importar cuanta gente realmente lo conocía. La Akallabêth nos informa de que "además de sus propios nombres [en adûnaico] todos los señores de los Númenóreanos tenían también nombres eldarin", y en el caso de los quince primeros reyes, únicamente se nos da sus nombres en quenya. De Aldarion, el sexto rey, se dice que prefería la lengua adûnaica a la eldarin (UT:194; CI:248), pero el mismo hecho de que se mencione esto indica que no era la opinión habitual. La estrella del adûnaico aún tenía que alzarse, aunque fuera solo por que todo lo élfico cayera en desgracia.
Cuando dos mil años habían pasado de la Segunda Edad, durante el reinado de Tar-Ciryatan y su sucesor Tar-Atanamir, los númenóreanos empezaron a envidiar la inmortalidad élfica. La amistad entre Valinor y Númenor se enfrió y aunque las lenguas élficas fueron una vez tenidas en alta estima, los númenóreanos dejaron de enseñarlas a sus hijos en los días de Tar-Ancalimon. Los reyes continuaron usando nombres en quenya, aunque solo fuera por la demanda de una tradición milenaria. El decimosexto rey es el primero del que sabemos tanto su nombre alto élfico y el adûnaico: Tar-Calmacil vs. Ar-Belzagar - y los "Hombres del Rey", hostiles a todo lo que fuese élfico, usaban el último. Pero no fue hasta el vigésimo rey que un monarca ascendió al trono usando un nombre adûnaico: Ar-Adûnakhôr, el Señor del Occidente. Los Fieles no lo aprobaron ni cuando fue traducido al quenya Tar-Herunúmen en el Pergamino de los Reyes, pues únicamente Manwë podía ser llamado en rigor Señor del Occidente. Los dos sucesores de Adûnakhôr en el trono de Númenor siguieron su ejemplo y tomaron sus nombres en adûnaico. Con todo el vigésimo cuarto rey, Ar-Inziladûn, quiso restaurar la amistad con los Elfos y los Valar y adoptó el nombre de Palantir, El que alcanza a ver lejos, en quenya. Fue el último en rechazar el adûnaico. Murió sin hijos, y su hija Míriel debería haber sido Reina Regente, pero su primo Pharazôn la tomó como esposa sin su consentimiento, de forma que se convirtió en Rey. Evidentemente no podía soportar que ella llevase un nombre quenya como Míriel, de forma que la rebautizó como Zimraphel en adûnaico (de nuevo sin su consentimiento, suponemos). Ar-Pharazôn se enfrentó con Sauron en la Tierra Media, y el maligno Maia logró ser transportado gratis a Númenor fingiendo su rendición. Es bien sabido como con su astucia pronto de convirtió en el principal consejero del rey, y posteriormente el Sumo Sacerdote de la religión satánica (o mejor dicho Morgothiana) que el mismo instituyó. Sí las lenguas élficas eran despreciadas antes de la llegada de Sauron, las cosas no mejoraron después. Pero el principal objetivo de Sauron era seducir al Rey para que invadiese Aman, provocando así una guerra entre los Númenóreanos y los Valar. Como bien sabía Sauron. los primeros serían totalmente derrotados y destruidos en ese conflicto. Al final, Sauron logró su cometido, y tal como había previsto, ese fue el fin de Númenor. También fue el fin para el adûnaico clásico. De los pocos Númenóreanos que sobrevivieron a la Caída, muchos eran Fieles, liderados por Elendil, Anárion e Isildur. De acuerdo con PM:315, la lengua adûnaica no era cultivada en la Tierra Media. Los Númenóreanos Fieles que sobrevivieron hablaban en sindarin entre ellos y no tenían gran amor por el adûnaico, al ser esta la lengua de los Reyes rebeldes que habían intentado suprimir las lenguas élficas. Despreciado y olvidado el adûnaico se transformó en el oestron, la lengua común de las edades posteriores.
Tolkien ideó el adûnaico poco después de la Segunda Guerra Mundial. Pretendía que tuviese un "leve sabor semítico" (SD:240). Esta nueva lengua creció con su trabajo en los llamados "Papeles del Notion Club" y su revisión de la leyenda de Númenor. Uno de los miembros de este club ficticio (¡inspirado en los Inklings!) supuestamente aprendía el adûnaico a través de sueños y visiones de un pasado lejano. Incluso escribió un registro de la lengua: El "Informe Lowdham sobre la lengua adûnaica", publicado por Christopher Tolkien en Sauron Defeated págs. 413-440. El hecho de que Tolkien nunca completó el Informe Lowdham - se interrumpe antes de alcanzar el verbo - ni hiciese posteriores avances en el adûnaico puede ser una bendición oculta bajo un disfraz. Tal como nos dice Christopher Tolkien: "Si hubiese retomado el desarrollo del adûnaico, el 'Informe Lowdham' tal y como lo conocemos habría sido reducido a restos al introducirse nuevas ideas, que causarían cambios y distorsiones en la estructura. Muy posiblemente, habría retomado todo el trabajo, refinando la fonología histórica - y quizás nunca alcanzando de nuevo el verbo... 'Incompleto' y en cambio incesante, tal como se ha mostrado tan frustrante para los que estudian estas lenguas, son inherentes a este arte. Pero en el caso del adûnaico, tal y como sucedieron los hechos, se logró una estabilidad, aunque incompleta: un registro substancial de una de las grandes lenguas de Arda." (SD:439-440)
De todas formas, parece ser que Tolkien, al tiempo que escribía los apéndices a SA, estuvo a punto de rechazar todo el concepto de una lengua númenóreana propia, pese a toda su labor en el adûnaico escasamente anterior en una década. Jugó con la idea de que los Edain habían abandonado sus lengua humana y adoptado "el élfico noldorin" (léase sindarin) en su lugar. Véase PM:63. La idea de que los númenóreanos hablaban élfico representa el retorno a una concepción anterior: En LR:68; CP:83 se dice que Sauron, en su odio por todo aquello que fuera élfico, enseñó a los númenóreanos la antigua lengua humana que habían olvidado. Esto parece implicar que los númenóreanos hablaban quenya; véase la nota de Christopher Tolkien en LR:75; CP:90. Pero Tolkien cambió su pensamiento varias veces, vacilando entre una idea y la otra; el resultado final fue que los Edain nunca abandonaron su propia lengua. Al ser mencionado y ejemplificado en los apéndices a SA, el adûnaico se convierte en una parte estable de la mitología.
No tenemos ningún texto coherente en adûnaico. Con excepción de algunas palabras sueltas en el Informe Lowdham, la mayoría del corpus consiste en varias frases fragmentarias dadas en SD:247, con la traducción de Lowdham entre líneas. Las traducción que aquí se ofrece se basa en esa; algunos huecos son rellenados. (De acuerdo con la ficción el personaje de Lowdham no conocía el significado de algunas palabras, pero podemos hallar su significado en otros sitios: Zigûrun es el Hechicero, Sauron, y Nimruzîr es el equivalente adûnaico del quenya Elendil. También he añadido algunas mayúsculas en los fragmentos en adûnaico. En la ficción, Lowdham no sabía que esas palabras eran nombres propios.)
Hay también algunas exclamaciones en adûnaico hechas por los miembros del Notion Club "hablando en lenguas extrañas":
Las traducciones dadas aquí son las frases que aparecen en el texto junto a las palabras en adûnaico. No se dice explícitamente que sean las traducciones, pero de las propias palabras en adûnaico parece virtualmente cierto que lo son.
Tal como nos hace notar Christopher Tolkien, su padre escribió un registro substancial del adûnaico, el llamado Informe Lowdham en SD:413-440. Esta situación es única en la lingüística tolkieniana; normalmente debemos recoger fragmentos de información y analizar ejemplos dispersos a lo largo de un gran número de libros. El adûnaico habría sido un idioma que hubiéramos sido capaces de emplear con cierta confianza si el vocabulario disponible no fuera tan reducido. Como disponemos de un registro relativamente detallado, el estudiante interesado debe dirigirse al Sauron Defeated. Aquí se ofrece una visión reducida de los principales puntos de la gramática, y la detallada descripción de la fonología (y su desarrollo) se deja de lado. Carece de sentido la reproducción detallada del Informe Lowdham, ya que disponemos de la versión del propio Tolkien. (De todas formas, la compleja información referente a las diferentes clases de substantivos y su inflexión deberá reproducirse casi palabra por palabra.) En el caso del verbo, de todas formas, debemos confiar en nuestro propio análisis, ya que Tolkien nunca alcanzó ese punto del idioma en su registro. El Informe Lowdham tampoco nos dice gran cosa sobre el adjetivo. Se dedica principalmente a la fonología y la estructura general de la lengua y nos ofrece lo que parece ser una explicación exhaustiva de la inflexión del substantivo.
Como las lenguas semíticas de nuestros días, el adûnaico emplea un sistema de elementos radicales (o radicales a partir de ahora) triconsonánticos, al parecer adoptado del khuzdul en algún momento del pasado (Algunos radicales son biconsonánticos.) Pero a diferencia del khuzdul (creemos), cada radical consonántico está asociado con una cierta vocal que debe aparecer en algún lugar en todas las palabras derivadas de ese radical (aunque puede verse modificada). Así tenemos KARAB, es decir, el radical consonántico K-R-B con la "vocal característica" a, que significa algo totalmente distinto de KIRIB - otro radical consonántico K-R-B bien distinta que puede diferenciarse justamente por el hecho de estar ligada a otra "vocal característica", en este caso la i.
Normalmente, la "vocal característica" (VC) aparece entre la primera y segunda consonante del radical. Así vemos que el radical G-M-L con la VC i, que significan "estrella" o "estrellas", da lugar a palabras como gimli, gimlê, gimlu, gimlat, gimlî, gimlîya (SD:413), es decir, el substantivo "estrella" en diversos casos y números. Pero la VC también puede aparecer en forma de prefijo (IGMIL), sufijo (GIMLI) o suprimida por completo de su lugar habitual entre la primera y segunda consonante (-GMIL, con alguna otra vocal prefijada). De esta forma se pueden derivar nuevas palabras desplazando la VC de esta forma: mientras gimli es el substantivo "estrella", igmil significa "una figura en forma de estrella" (SD:427). Pero si la VC desapareciera por completo, sería imposible diferenciar dos palabras con las mismas consonantes en el radical. La regla de oro es así que "una de las vocales del radical debe ser la VC o una de sus modificaciones normales" (SD:423, donde se describen las modificaciones para aquellos que estén interesados).
En el substantivo adûnaico se distinguen diversos géneros, al igual que en muchos idiomas germánicos: masculino, femenino y neutro. Además el adûnaico tiene un cuarto género llamado común. En idiomas como el alemán o las lenguas escandinavas, no hay habitualmente ninguna conexión lógica entre la naturaleza del objeto y su género. En alemán Mann, Frau, Haus, "hombre, mujer, casa" son respectivamente masculino, femenino y neutro, pero la mayoría de palabras que se refieren a objetos inanimados pueden pertenecer a cualquier género, y con frecuencia se ha indicado que palabras como Mädchen "chica" y Weib "esposa" son neutras más que femeninas. Por otro lado, un substantivo semánticamente neutro como Mensch "ser humano" es gramaticalmente hablando masculino. Esta distribución arbitraria de los géneros no se produce en adûnaico. De hecho Tolkien/Lowdham dudaba de si se podía emplear con rigor la palabra género al referirse a las clases de substantivos del adûnaico; todas las clases se refieren directamente al sexo (SD:426), o en el caso de los substantivos neutros y comunes con la falta de éste. Los substantivos masculinos denotan palabras aplicadas a seres masculinos y sus funciones (como, por ejemplo, "padre"), los femeninos actúan de igual modo refiriéndose a seres femeninos, y los neutros se aplican a objetos inanimados. Las únicas excepciones son las referidas a objetos inanimados personificados. Por ejemplo, la palabra neutra para sol, ûrê, se convierte en el femenino Ûrî si el Sol se considera un ser femenino (influenciado por el mito élfico de que el Sol es el último fruto de Laurelin llevado a través del cielo por la Maia Arien). El género común se emplea en el caso de substantivos que no están caracterizados por su sexo, tal como puede es anâ "ser humano" y los nombres de animales (cuando no están caracterizados específicamente; karab "caballo" es común, pero karbû "semental" y karbî "yégua" son respectivamente masculino y femenino). El género masculino se asocia generalmente con las consonantes finales -k, -r, -n, -d; cf. nombres masculinos como Gimilkhâd, Gimilzôr, Pharazôn. El género femenino se asocia a su vez con -th, -l, -s, -z; cf. nombres femeninos como Inzilbêth, Zimraphel. (Pero estas no son normas absolutas, en especial tratándose de nombres propios; Azrubêl, la forma adûnaica del quenya Eärendil "Enamorado del Mar", obviamente no es un nombre femenino.) Las formas de los géneros común y neutro están peor definidas, pero Tolkien/Lowdham nos ofrece algunas normas generales en SD:427, como puede ser que los substantivos de género común prefieren la vocal -a, â en la última sílaba.
Más importante que los cuatro "géneros" es la división de todos los substantivos en fuertes y débiles: "Los substantivos fuertes forman el plural y en algunos casos otras formas, modificando la última vocal del radical. Los débiles añaden inflexiones en todos los casos" (SD:425).
El substantivo adûnaico presenta tres números: Singular, dual y plural. Además presenta tres formas de inflexión que pueden ser consideradas casos: La llamada forma normal, una forma subjetiva y una forma objetiva. Puede obtenerse información más detallada sobre los diversos tipos de clases de substantivos y su inflexión, véase SD:436-438.
Como sugiere el nombre, el caso normal es la forma básica, sin flexión, del substantivo. En otras palabras, el normal singular no está marcado morfológicamente por ningún afijo. El caso normal se usa en las situaciones en que la gramática del adûnaico no demanda ni el subjetivo ni el objetivo (véase abajo). El normal se emplea habitualmente cuando el substantivo es el objeto o el predicado de la oración, como en Ar-Pharazônun Bâr "[El] Rey Pharazôn [es] Señor", Bâr "Señor" aparece en la forma normal ya que es el predicado. Es posible usar un substantivo en normal como sujeto de una oración, pero en tal caso el siguiente verbo debe tener prefijos pronominales. El normal dual se construye añadiendo la terminación -at, así el dual de huzun "oreja" es huznat "dos orejas". (Nótese que la vocal de la sílaba precedente a la terminación -at puede desaparecer, produciéndose un nuevo grupo consonántico, como zn en este caso - pero esto depende de la clase a la que pertenece el substantivo; las vocales largas no desaparecen). El normal plural se forma introduciendo de algún modo la vocal larga î en la sílaba final, siendo el plural de huzun, huzîn "orejas". (En algunas clases de substantivos, se añade î como una nueva sílaba final, como en batân "camino", pl. batâni - pero también batîna.) Nótese la distinción entre el dual y el plural: podría pensarse que el dual simplemente denota dos cosas y el plural tres o más cosas, pero no es tan sencillo como eso. Los duales se emplean en el caso de pares naturales, como huznat "dos orejas (de una persona)". Si cortamos una de las orejas de Luis y la ponemos sobre la mesa con una de las orejas de Jaime, los númenóreanos dirían que lo que hay sobre la mesa son huzin y no huznat: las orejas no constituyen un par natural. Solo en el lenguaje más arcaico se utilizaba el dual referido a dos cosas que estaban juntas por una simple casualidad.
El subjetivo es la forma del substantivo cuando es el sujeto de un verbo; de aquí el nombre. También se emplea cuando un substantivo aparece en aposición con otro, como en Ar-Pharazôn kathuphazgânun "[El] Rey Pharazôn el Conquistador" (como oposición a la oración nominal Ar-Pharazônun kathuphazgân "[El] Rey Pharazôn [es/fue] un conquistador", con el predicado kathuphazgân "conquistador" en forma normal). Esta forma puede construirse de varios modos, dependiendo de a que clase pertenece el substantivo. Los neutros fuertes sufren ciertos cambios vocálicos internos, como zadan "casa" que se convierte en zadân, khibil "fuente" se convierte en khibêl y huzun "oreja" se convierte en huzôn. (Estas formas son en definitiva producto de un infijo a- o, para usar los términos de Lowdham, "fortificación de la a-": Las formas flexionadas representan *zadaan, *khibail, *huzaun, aa se convierte en â larga y ai, au se monoptonga convirtiéndose en ê, ô largas.) Los neutros débiles toman la terminación -a, el elemento que aparecía como infijo en los substantivos débiles aparece esta vez como sufijo. La forma subjetiva de los substantivos masculinos y femeninos se construye añadiendo las terminaciones -un e -in, respectivamente: Ar-Pharazônun azaggara avalôiyada, "[el] rey Pharazôn hizo guerra contra los Valar", *Zimraphelin banâth 'nAr-Pharazôn "Zimraphel [es la] mujer del Rey Pharazôn". (El último ejemplo es de cosecha propia, pues Tolkien/Lowdham no nos da ejemplos del subjetivo femenino en -in. ¡Tal como nos hace observar Erendis en UT:207; CI:265, no sabemos demasiado sobre las mujeres númenóreanas!) Nótese que aunque el verbo "es" aparece elidido en adûnaico, su sujeto aún aparece en la forma subjetiva. Los substantivos comunes toman la terminación -(a)n en el subjetivo singular. El subjetivo plural se forma añadiendo la terminación -a en el caso de substantivos neutros e -im en el resto; el dual alarga la -at del normal convirtiéndola en -ât.
El objetivo no es una forma independiente del substantivo, pero aparece únicamente en compuestos. Se forma añadiendo u al substantivo, como infijo o sufijo, frecuentemente desplazando a otra vocal o causando la desaparición de la vocal de la sílaba previa: los objetivos de minal "cielo", azra "mar", huzun "oreja", batân "camino" son minul, azru, huzun/huznu, batânu, respectivamente. El objetivo se use como el primer elemento en compuestos cuando el segundo elemento denota un agente que hace algo al primer elemento. Por ejemplo, el quenya Eärendil "Amante del Mar" se traduce en adûnaico como Azrubêl con azra "mar" en forma objetiva azru ya que el mar es el objeto del amor del "amante". Azrabêl con "mar" en forma normal aún significa "Amante del Mar", pero con el sentido aproximado de "Amante venido del mar". En ocasiones la relación de "objeto" entre el primer y segundo elemento del compuesto puede estar poco definida. En el equivalente adûnaico del quenya Meneltarma, el Pilar del Cielo, minal "cielo" aparece en su forma objetiva minul: Minultârik. Expresa la idea de que el târik o pilar está aguantando el cielo, así que de algún modo el cielo es el objeto de la acción del pilar. El objetivo no tiene formas en plural o dual; siempre es singular. Es por ello que la traducción adûnaica del título de Varda Elentári "Iluminadora de estrellas" no es Gimlu-nitîr con gimli "estrella" en su forma objetiva gimlu, pues eso significaría "Iluminadora de una estrella (en particular)". (La forma usada es Gimilnitîr, gimil "estrellas" es en este caso un nombre colectivo sin flexión. Véase SD:427-428.)
El adûnaico no tiene un verdadero genitivo. En su lugar se emplean habitualmente compuestos; "la Tierra de Aman" puede expresarse como "la Tierra-Aman". La posesión se expresa habitualmente con el prefijo an- "a, de", normalmente reducido a 'n: como en Bâr 'nAnadûnê, "Señor de Anadûnê", Narîka 'nBâri 'nAdûn "Las Aguilas de los Señores del Occidente" (SD:251, 428).
El Informe Lowdham menciona algunos "elementos adverbiales 'preposicionales'": ô "desde", ad, ada "a, hacia", mâ "con", zê "en". Estos elementos aparecen sufijos a la forma "normal" del substantivo; en el Informe Lowdham, no se consideran terminaciones de caso. Otro elemento preposicional parece ser dalad "bajo", como en ugru-dalad "bajo [la] Sombra". Este dalad puede ser que incorpore -ad "a", pues el contexto muestra que el significado no es una posición estacionaria bajo la Sombra, sino un movimiento hacia una posición bajo ella: Êruhînim dubdam ugru-dalad, "los Eruhíni cayeron bajo la Sombra".
Tenemos varios ejemplos de ada "a, hacia, contra, en": Avalôiyada "contra [los] Valar", akhâsada "en [el] abismo", azûlada "hacia el este". Hay ejemplos de mâ "con" y ô "desde" en la frase sâibêth-mâ Êruvô "con [el] asentimiento de [lit. desde] Eru". Tanto en Avalôiyada y Êruvô aparece una consonante deslizada entre las vocales finales i y u de los radicales y los elementos sufijos: y y v, respectivamente. Véase SD:424.
La partícula "genitiva" an, 'n comentada anteriormente puede ser considera como otro afijo preposicional, aunque como prefijo en vez de como sufijo.
Los adjetivos documentados incluyen palabras como izindi "recto", burôda "pesado", êphalak "muy lejos" (enfatizado doblándolo: êphal êphalak lejos, muy lejos), y también (en SD:435) anadûni "occidental". No sabemos como se forman el comparativo o el superlativo. A diferencia de otros idiomas como el alemán, "los adjetivos no tienen formas m[asculina], f[emenina] o n[eutra]" (SD:425). Pero parece ser que el adjetivo concuerda con el substantivo en número: Los adjetivos dulgî "negro" y lôkhî "torcido" muestra la terminación î, característica del plural en adûnaico. Los substantivos a los que modifican están también en plural: bawîba dulgî "negros [son los] vientos", kâtha batîna lôkhî "todos [los] caminos [están] torcidos".
Poco es lo que podemos averiguar sobre la formación de los adjetivos. El adjetivo anadûni "occidental" está formado a partir del substantivo adûni "Occidente". Al ser an una partícula de significado "de", anadûni es literalmente *"de Occidente", pero puede ser tomado como un adjetivo y flexionado como tal. El rey Ar-Pharazôn es llamado "el Dorado" en la Akallabêth, y pharaz quiere decir oro. Si pharazôn es la palabra empleada para "dorado", la terminación -ôn debe ser una de las empleadas en la formación de adjetivos. Pero también podría ser un substantivo derivado de pharaz, literalmente *"Uno de oro"; -ôn de hecho aparece como una terminación de nombres en SD:425.
Se nos dice que "los adjetivos normalmente preceden al substantivo" (SD:428). Bawîba dulgî "vientos negros" es realmente una proposición nominal: "[los] vientos eran negros" (SD:iii).
En nuestro pequeño corpus encontramos dos adverbios: tâidô "una vez" e îdô "ahora", el último con la variante îdôn. Parece ser que la forma con n final se emplea antes de palabras que empiecen por vocal (incluida la semivocal Y: îdôn Yôzâyan). Cf. la distribución de a / an en inglés, aunque an no se emplea antes de semivocales. El substantivo Adûn "Occidente" puede usarse evidentemente con el sentido adverbial/alativo de "hacia occidente". La partícula bâ "no" (SD:250) también puede clasificarse como adverbio.
Tenemos dos ejemplos de participios acabados en -ân: zabathân "humillado" y zîrân "amado, estimado". Esta terminación está derivada del quendiano primitivo *-nâ, en quenya -na o -ina. Ambos participios siguen al substantivo al que describen.
Solo conocemos dos numerales. satta "dos" y hazid "siete" (SD:427, 428, hazad en SD:247). El radical de "uno" se nos indica que es ?IR (SD:432, ? = oclusiva glotal), de donde proviene el nombre divino de Êru, El Único (quenya Eru), pero no se nos da la forma del numeral "uno". También se nos indica que todos los cardinales son substantivos excepto "uno". Siguen al substantivo al que modifican: gimlî hazid "siete estrellas".
No conocemos pronombres independientes en adûnaico, aunque deben haber existido. De los verbos podemos aislar algunos elementos pronominales; véase El Verbo abajo. En SD:425 se comenta que el adûnaico "distingue entre géneros (o mejor dicho sexos) en los pronombres de tercera persona", y según SD:435 u e i "son las raíces de las formas pronominales para 'él' y 'ella'" - pero no se deja claro cuales son las palabras para "él" y "ella". Hi-Akallabêth se traduce como "Ella-que-ha-caído" (SD:247), sugiriendo que "ella" es hi. ¿Podría ser "él" *hu? (Comparar con el hebreo hu' "él", hi' "ella".) La palabra nênud se traduce como "sobre nosotros"; ¿quizás *nên es "nosotros "?
Christopher Tolkien extrae de las notas de su padre sobre el verbo adûnaico la siguiente información: "Había tres clases de verbos: I Biconsonánticos, como kan 'mantener, aguantar [hold]; II Triconsonánticos, como azgârâ- 'hacer la guerra', ugrudâ- 'ensombrecer'. Había cuatro tiempos: (1) aorista ('se corresponde con el 'presente' inglés, pero se usa con más frecuencia como presente histórico o pasado narrativo'); (2) continuativo (presente); (3) continuativo (pasado); (4) pasado ('frecuentemente usado como pluscuamperfecto cuando el aorista es usado = pasado, o como futuro perfecto si el aorista = futuro'). El futuro, subjuntivo, y optativo se representaban mediante auxiliares; y la pasiva se formaba con las formas impersonales del verbo 'con el sujeto en acusativo'." (SD:439; lo que aquí se llama "acusativo" debe tratarse de la forma "normal" del substantivo.) Por tanto el adûnaico expresa una construcción de pasiva como "el fue visto" por lo que corresponde a "le vio", en efecto "[alguien] le vio".
Estos son los verbos flexionados que aparecen en el Informe Lowdham y en las formas finales de los fragmentos en adûnaico (Se da el sujeto de los verbos ya que de algún modo el verbo debe concordar con su sujeto).
Verbos traducidos por el pasado inglés:
Tenemos muy pocos verbos traducidos por el presente inglés:
Tenemos un ejemplo de lo que parece ser una especie de subjuntivo: du-phursâ "[mares] como si se precipitaran".
Hay un ejemplo de imperativo: Bâ kitabdahê! "¡No me toques!" (SD:250) Bâ es la negación "no, no lo hagas"; se conocen formas similares en élfico (WJ:370-371).
Mis intentos de analizar este material:
Los verbos en plural traducidos por el presente inglés muestran la terminación -(i)m: yanâkhim "(ellas) se acercan", yakalubim "(ellas) se inclinan ", yurahtam "(ellos) rompieron"; podemos añadir nam "son" proveniente de la forma temprana del fragmento dado en la página 312 (claramente relacionado con la raíz élfica NA "ser", LR:374; CP:432). Dubdam "[ellos] cayeron" puede ser otro ejemplo más, pero también es posible que la m final sea parte de un radical *BADAM "caer", y que el plural se exprese aquí por medio del prefijo du- "ellos". Cf. también du-phursâ "como si se precipitaran", hablando de los mares, sin m final.
Podemos separar lo que parecen ser algunos morfemas pronominales. Se han traducido por pronombres en aquellos casos en que el sujeto del verbo no aparece explícito en la oración:
En el único ejemplo de un imperativo, el grito bâ kitabdahê! "¡no me toques!" (SD:250), bâ evidentemente significa "no" (se conocen equivalentes élficos). Kitabdahê, entonces, debe significar "tócame". La mejor suposición sería que el radical correspondiente a "tocar" es *TABAD, representado aquí por -tabda-, con un prefijo pronominal ki- *"tú" y un sufijo -hê "me, a mí". Pero también se ha sugerido que -hê es una terminación de imperativo, y que la traducción literal de bâ kitabdahê sería *"no tú toques".
El radical triconsonántico KALAB "caer" forma su pasado prefijando el elemento pronominal correspondiente, doblando la segunda L del radical y añadiendo -a: ukallaba "él cayó", hikallaba "ella cayó", *akallaba "ello cayó", *kikallaba "tú caíste", *dukallaba "ellos cayeron". SAPHAD "entender" forma su pasado del mismo modo, con la excepción de que no se dobla la segunda consonante del radical, y se omite la segunda aparición de la vocal característica en el radical: usaphda "él entendió" (y así *hisaphda "ella entendió", *dusaphda "ellos entendieron", *kisaphda "tú entendiste"). Siguiendo el modelo de KALAB > ukallaba deberíamos esperar SAPHAD > *usapphada; de forma alternativa KALAB debería haber originado ukalba en vez de ukallaba, siguiendo el modelo de SAPHAD > usaphda. Realmente ukallaba y usaphda representan el mismo tiempo? ¿Puede uno representar el aorista usado como "pasado narrativo" (SD:439), mientras que el otro es el verdadero pasado? ¿En ese caso, cuál es cual? Tolkien en algunos casos dudaba en que forma usar; en SD:288 se ve como consideró tanto hikallaba como hikalba para "ella cayó".
El radical biconsonántico NAKH "venir" nos da unakkha "él vino" (y *hinakkha "ella vino", *dunakkha "ellos vinieron", *kinakkha "tú viniste"?). Doblando kh, aparece la aspirada kkh. Siguiendo este modelo el radical KAN "sostener, mantener" podría dar lugar a formas como *ukanna "él mantuvo", *hikanna "ella mantuvo", *dukanna "ellos mantuvieron", *kikanna "tú mantienes". Ayadda "fue" (refiriéndose a un camino) puede representar el radical *YAD con un prefijo pronominal *a- "ello"; a continuación la consonante final se dobla y se añade a (como en NAKH > unakkha).
Queda una incógnita: ¿Realmente la a final es una terminación ligada a la flexión del verbo, o es la vocal característica de los radicales KALAB, SAPHAD, NAKH, *YAD que aparece como sufijo? Si fuera así, el pasado (3ª persona singular masculina) de BITH "decir" podría ser *ubitthi en lugar de *ubittha (siguiendo el modelo de NAKH > unakkha), y de forma similar el pasado de NIMIR "brillar" podría ser *unimri (o *unimmiri) en vez de *unimra (o *unimmira). Nunca sabremos que es lo correcto.
Pasado continuativo: El verbo azaggara, traducido "hizo guerra [was warring]", podría ser un ejemplo de este tiempo - una acción pasada que aún se está desarrollando. De este verbo se nos dice que es un "derivativo", y la forma básica de él es azgârâ- "guerrear, hacer guerra". En azaggara la segunda radical se dobla, la vocal característica se inserta después de ella, y las vocales largas se convierten en cortas.
Presente continuativo: Esta forma puede estar ejemplificada por yanâkhim y yakalubim, "están cerca, *se acercan" y yakalubim "se inclinan, *están cayendo", respectivamente. El -im es evidentemente el sufijo de plural identificado anteriormente. El radical de yanâkhim es claramente NAKH, así que los radicales biconsonánticos parece que forman su presente continuativo añadiendo el prefijo ya- y reforzando la VC del radical (convirtiendo a, i, u en â, ê, ô, respectivamente - el presente continuativo plural de BITH "decir" podría ser *yabêthim "están diciendo"). El radical de yakalubim debe ser KALAB, así que los radicales triconsonánticos evidentemente forman su presente continuativo manteniendo la vocal característica entre la primera y segunda consonante, pero entre la segunda y tercera aparece una u.
En algunos casos no se puede ofrecer glosa alguna; Tolkien/Lowdham simplemente mencionó una forma para ilustrara algún aspecto de la fonología o la derivación, pero no glosó la palabra en cuestión. Las vocales largas aparecen marcadas por acentos circunflejos; nuestra principal fuente (el Informe Lowdham) usa marcas largas, pero en los textos narrativos se usan circunflejos. A menos que se indique lo contrario, las referencias a página corresponden al Sauron Defeated. Los dígrafos th, ph, kh representan consonantes fricativas (th corresponde a la c de cesta, ph es una f castellana y kh es el ach-Laut del alemán), mientras que tth, kkh son aspiradas (t + th, k + kh); pph, que no aparece, corresponde de igual forma a p + f (véase SD:419). Los "elementos radicales" aparecen en mayúsculas. Las formas originales de los "fragmentos" de Lowdham (SD:311-312), obsoletas por las revisiones de Tolkien no se ofrecen. Tampoco aparecen algunas otras formas y nombres que no parecen ser válidas en el momento en que Tolkien abandonó el adûnaico. Se mencionan algunas formas obsoletas en las entradas de las formas que las reemplazaron, pero no tienen entradas por separado. Respecto a los nombres de los reyes númenóreanos, las referencias a página se dan respecto a los Cuentos Inconclusos, en lugar del Apéndice A de SA.